Hoy en día con la mejora de las comunicaciones, el despoblamiento rural y con los grandes Super e Hipermercados su vida se está agotando. Siguen prestando su servicio, pero más de urgencia que de otra cosa. Eso si, los nuevos hábitos de consumo casi no afectan al bar, que aguanta y bastante bien, pues en este país no hemos dejado de beber. La tienda-bar todavía resiste, pero muchas se están reconvirtiendo en restaurantes. Pero para mí lo que más me llama la atención es que no suelen tener ni un cartel informativo ni nada de nada. Entras y te las encuentras, todo el mundo las conoce menos tú.
Son típicas del noroeste español y quedarán posiblemente como pequeños museos y como último reducto de una España que se modernizó tan rápidamente que si nuestros abuelos lo vieran no se lo creerían.
Y ahora os dejo con este vídeo sobre los antiguos ultramarinos otras tiendas a extinguir pero muy genuinas.
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