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martes, 3 de septiembre de 2013

Cuelgues ajedrecísticos (repetición)

"Porque tengo esta certeza: si hay un territorio fronterizo con Frikilandia, donde a veces coinciden de forma asombrosa la inteligencia extrema y el pintoresquismo más singular, ése es el mundo ajedrecista".
Empiezo con esta frase de Pérez Reverte, publicada en su sección  "Patente de Corso"  porque expresa "la realidad" del ajedrez y de los ajedrecistas.
Estos días he estado ojeando la revista Peón de Rey nº 95, y leyendo la crónica del G.M Amador Rodríguez sobre la última Copa del Mundo, ganada por el ruso Svilder, me ha llamado la atención y mucho, un pequeño inciso que hace en su artículo, bajo el epígrafe: ¿luchar o darse por vencido?  En este apartado expone dos partidas, en las cuales el jugador que no puede hacer tablas las propone, a pesar de la incredulidad del contrario, que por decirlo de alguna manera no llega a creérselo. Estas situaciones deben de abrir un debate, de lo que debemos o no esperar sobre el ajedrez del siglo XXI.
En el Match a dos partidas entre Lenier Domínguez y Viktor Bologan, el cubano había ganado la primera partida, por lo que el jugador moldavo tenía que ganar la segunda partida con negras. Jugó una variante inferior y llegó a la posición del diagrama, acompañado de una oferta de tablas, que era lo mismo que abandonar. Uno puede comprender muchas cosas, supongo que Bologan estimó que no era su día y después del error en la apertura, su posición era desastrosa, por tanto no valía la pena sufrir durante varias horas. Pero lo más llamativo fue lo de Morozevich.
En esta posición, bien conocida por la teoría, donde sólo se han realizado 12 jugadas, las blancas tienen ligera ventaja y aun queda muchísima partida por jugar. Morozevich, al igual que Bologan, había perdido la primera partida y sólo le valía un resultado, ganar o ganar. Pero cuando Moro situó su torre en c1, ofreció el empate. Su oponente Grischuk se quedó helado y lógicamente aceptó.
Aquí está la contestación de Morozevich sobre la partida:
Sin embargo, lo que hiciste en la Copa del Mundo fue una sorpresa para mucha gente - ofrecer las tablas en la segunda partida.
Pero, ¿qué es tan sorprendente? Según las reglas, tenía el derecho de ofrecer las tablas, y las ofrecí. ¿Qué es tan especial al respecto??????
¿Qué pasaría si en un partido de fútbol u otro deporte, después de marcar un gol, el equipo que va perdiendo decide que no merece la pena seguir jugando y pactan irse todos a la ducha?
¿Es el ajedrez es un deporte tan singular, que como dice Korchnoi la partida moderna de ajedrez requiere tal tensión que para un ser humano normal es imposible de resistir?
No será que al final resulta que somos tan raros, tan excéntricos, tan maniáticos como se piensa la gente?¿Es la extravagancia nuestro modo normal de actuación?, o es que simplemente todos tenemos un mal día. Ahora resulta que Morozevich va a ser el Curro Romero del ajedrez, ya que al igual que el ruso, nuestro torero era  tan conocido por su arte, como por sus espantadas.
¿ Es que arte y competición están reñidos?  Y como el ajedrez tambien es deporte os dejo estos instrumentos para que os preparéis adecuadamente.
Acabo con estas citas : Nunca nadie ha ganado una partida de Ajedrez rindiéndose 
No hay un Gran Maestro de Ajedrez que sea normal; solo se diferencian ellos por la magnitud de su locura (Viktor Korchnoi)
Para finalizar un vídeo Blitz a 5 minutos de dos de los G.M más "colgaos" del planeta.


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